uno, situar un incienso y a la izquierda, un vaso con agua. Frente a uno y delante de las velas, poner un cuenco con tierra o sal. Tener una cinta verde en el regazo.
Prendemos las velas y el incienso con cerillo de madera. Cerramos los ojos, tomamos la cinta verde y alzarla con las manos, diciendo en voz alta: "Ésta es mi cinta de deseos ritual y mágica. Que el Gran Dios me socorra en mis transformaciones". Despues de esto procedemos a concentrarnos con fuerza en el primer deseo: tratar de visualizarlo. Después, tomar la cinta y hacer un nudo simple. Al cerrarlo, decir: "Que así sea".
Más tarde, repetimos el procedimiento con los otros deseos. Una vez cerrado el último nudo, abrir los ojos y decir: "Gracias, Gran Padre, gracias Gran Madre, que has dado la orden de que esto así sea". Dejar que las velas y el incienso se consuman por completo y retirarse de la habitación en silencio y respetuosamente. Conservar la cinta anudada, llevándola consigo o guardándola junto con la ropa en un cajón o clóset.